domingo, 5 de mayo de 2013

El que lee mucho y anda mucho...

Hallo, meine liebe Kinder!
¿Cómo están ustedes? Yo agobiada. Llevo un mes procrastinando y procrastinando hasta llegar a hacer de ello un arte y ahora tengo que enfrentarme a las consecuencias. Menudo truño, colegas, con el finde que he tenido estoy yo como para ponerme a analizar poesía vanguardista o preparar actividades de gramática... Pero bueno, como dijo Jack el destripador, vayamos por partes.
Hablemos primero de Szeged, preciosa ciudad húngara donde pasamos el Día del Trabajo un intrépido grupo de vagos y maleantes (véase Sziszi, Inma, Rocío y Áron, su compañero de piso y recientemente adquirido nuevo miembro). Ésta es Szeged:

(A ver, yo no prometí ningún paisaje)

La verdad es que fue un día estupendo, agotador y caliente hasta decir basta. Pillamos mercadillo y festival, pasamos por un aquapark (donde odié a casi todo el mundo por estar fresco en el agua), vimos una sinagoga que parecía el hogar de todos los fantasmas judíos, comimos helado, pasamos calor, comimos aros de cebolla, vimos un edificio inspirado en una tarta de bodas, comimos patatas fritas, deambulamos por sus calles, tomamos la fresca junto a la fuente central, paseamos el río, comimos bollos con queso y descubrimos que los húngaros también tienen sentido del humor (y uno muy culto, todo hay que decirlo):



Por otro lado, menos cultural pero igualmente entretenido, tuvimos el fin de semana. Creo que más o menos, y en términos de Skype con Cris, podría resumirlo de la siguiente manera:
- Viernes por la noche: Inma y yo bajándonos dos jarras de sangria en el Vázquez, donde fuimos cortésmente invitadas a una ronda de chupitos de vodka + otra jarra de sangria, lo que nos condujo a socializar con un grupo del equipo técnico de la Seat, que estaba de viaje de trabajo, y con los que acabamos cantando el Amante Bandido de Miguel Bosé (por cierto, si alguno os pregunta, yo tengo 14 años).
- Sábado por la noche: exhibicion de swing, tras la cual fuimos Inma y yo (que ya somos como una entidad, por lo visto) comiendo patatas fritas por la calle a recoger a nuestras amigas cultaz Sziszi y Rocío, que salían de la ópera + concierto de guitarra en el mismo Vázquez (dos jarras de sangría + una ronda de copitas de sangría, chupitos de vodka y unas croquetas de cortesía -yo cada vez estoy más segura de que quieren emborracharnos-) + cerveceo en un bar tecno donde bailamos una hora y pico antes de desear la muerte, una ducha y una cama.

Ahí lo tenéis. ¿Qué os parece? Y mis padres creyendo que yo venía aquí a estudiar... Lo más culto que he hecho esta semana ha sido ir a ver Madame Butterfly a la Ópera el martes por la noche (con Inma, cómo no). Eso sí, ahora me estoy cagando en mi yo del pasado por dejarme con este marrón de tareas pendientes que necesita solución como que YA.
Habrá que ponerse al tajo.
Y vosotros deberíais estar estudiando, panda de haraganes. Besos para todos ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario