jueves, 27 de septiembre de 2012

Cómo viajar a Budapest: parte I

¡Hola, criaturitas de mi corazón!
Hoy he dejado a un lado mis estudios con gran dolor de mi corazón (sí, ya) para escribir una entrada con algunos consejillos básicos para la supervivencia en estas extrañas e imperales tierras europeas. Más que nada, por si alguno de vosotros se digna a venir a verme en algún momento de vuestras atareadas existencias (y el "cabrones" queda implícito, pero lo notáis, ¿a que sí?).
Voy a obviar los detalles de mi vida (como que haya gente que no me considere capaz de manejar 6 asignaturas en un semestre -en España manejo 8, pero debe de ser que el agua de aquí nos vuelve tontos o eso piensan fuera- o que haya confundido ya el "paprika" normal con el picante y haya visto las estrellas -las que llevaba en los ojos el tipo de Juke Box Hero- ya alguna vez) y me voy a limitar a unos pequeños comentarios que seguro que os servirán de mucho nunca jamás :)

- bebe agua del grifo, que esto no son las Baleares (vamos, que no te va a matar)
- si quieres café, busca un Coffe Company o bebe en alguna cafetería autóctona, que el café de aquí es bestialmente bueno
- si vas a usar transporte público, compra el billete, que las multas pueden dejarte tiritando (y además los estudiantes pagamos menos, sólo 13 euros por un pase de un mes, así que no seáis roñosos)
- prueba y repite el langosh (que es como pizza pero mejor), los strüdel y el kürtöskalács (aunque éste mejor que no sea de cacao, porque te empalagas; canela o almendra es mejor)
- di "Köszönöm" (gracias), "Szia" (hola), "Jo nápot" (buenos días), que les gusta oír que por lo menos algo del húngaro ha calado en ti (creedme, será el único húngaro que aprenderéis, para hablar esto hay que llevar un chip)
- aprende palabras básicas antes de ir al supermercado (paprika -pimiento-, sonkas -jamón-, tej -leche-, paradicsom -tomate-, jegsalat -lechuga-, kavé -CAFÉ, y con mayúsculas, que sé que te va la marcha-,...) más que nada por la supervivencia
- aprende palabras básicas antes de ir de bares (sör -cerveza-), y la típica de aquí, que es la Soproni (normal, con limón, con naranja...). El dicho era "Paz y sör", ¿no?
- sé que todo está lleno de Burguer King, KFC y McDonalds, pero sinceramente, los kebaps aquí lo parten
- cerca de Astoria, Deak Ferenc Ter (!), Oktogon, Opera o Calvin Ter son MUY buenos sitios para quedarse, porque estás céntrico que te cagas (jo, qué poético me ha quedado eso)
- pasea de noche. Aunque esté helando o haga falta un sherpa para moverse por la nieve, no importa. No hay nada, NADA, como Budapest de noche
- si dices que eres español, te vas a comer un montón de roscos; si dices que eres española, te haces la reina
- si vas a quedarte para rato, hazte con una tarjeta de móvil, que son baratitas (T-Mobile, por ejemplo, te la da por 16 euros con 8 euros en llamadas)
- LOS MEJORES BARES PARECEN EDIFICIOS ABANDONADOS; en serio, Szimpla es genial, pero si lo ves de día y con las puertas cerradas sólo puedes pensar en un antro del crack (y como este, muchos otros)
- Ikea está al final de la línea roja de metro (en Örs Vezer)
- HAZTE UN FACEBOOK; deberías tenerlo de normal para no ser el antisocial de tu grupo, pero aquí conoces tantísima gente en un sólo día, que es la mejor manera de controlarlos a todos y socializar cuando no estáis en el mismo espacio vital
- camina. Esta ciudad no se hizo para recorrerla en bus ni en metro ni nada de eso (salvo que vayas a hacer determinados recados). Camina, camina, camina, porque a cada dos pasos, hay algo fascinante
- si te gusta leer, esto está lleno de librerías de segunda mano (Dios bendiga Budapest)
- si te gusta viajar, los trenes a los países alrededor están tirados (30 euracos a Viena, ida y vuelta, con 3 días de metro allí)
- si te gusta la música, en verano sobre todo vas a encontrar conciertos por todas partes: jazz, folk, rock nacional, etc. Y luego, entrando en climas fríos, vienen a dar conciertos los grandes (Muse el 20 de noviembre, ¿alguien se apunta? ¡Vivid un poco!)
- si te gusta ir de compras, hay tiendas de segunda mano y outlets en cada esquina
- trae un antifaz; aquí, como en media Europa, no saben lo que son las persianas
- NO CONFUNDAS BUDAPEST Y BUCAREST, o acabarán odiándote

De momento nos quedamos con esto. Básico de lo básico, vamos. Ya no tenéis excusa para no venir a ver esta ciudad.
Besos para todos menos para los que esta noche os quedáis en casa (ya dormiréis cuando os muráis, ¡a moverse!).

viernes, 21 de septiembre de 2012

Rayuela

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."

(J. Cortázar)

martes, 11 de septiembre de 2012

98 magdalenas

Paso de contaros mis movidas con la elección de asignaturas, en serio, paso. Paso, porque es una mierda decir que las aulas son pequeñas y que como no he solicitado plaza antes, entonces ya no puedo ir a algunas clases. Claro, yo qué iba a saber, no es como si el coordinador de mi acuerdo en España se hubiese molestado de enterarse de este tipo de cosas (no, él está de viaje todo el verano y a nosotros, desamparados alumnos con cara de susto, que nos den morcilla, no vaya a ser que alguien sea responsable y haga el trabajo que le toca ¡Dios mío!).
Voy a pasar de contaros también cómo he dado cincuenta vueltas en el mismo día para al final solucionar una cosa por e-mail (hacedme caso, tanto si os vais como si os vais a ir, usad el e-mail para todo, porque así te ahorras desarrollar una misantropía galopante como la que ya me he diagnosticado yo a mí misma).
Lo que sí voy a deciros es que mi casa huele a cebolla frita (?!) y que, como es mi segundo día de clase, ya tengo trabajo que hacer y una presentación que preparar para la semana que viene. Ay, ha sido buenísimo cuando mi profesora ha dicho que quería hacer una introducción a la Literatura y la CIENCIA españolas, he tenido que morderme la lengua tan fuerte y aguantarme tanto la risa que casi reviento (es que no está bien reírse a carcajada limpia en mitad de clase, por muy graciosa que sea la cosa). Pobres, no saben cómo está la cosa por mi patria (je, todavía me dan risillas sardónicas de esas cada vez que lo pienso, qué cachondos los húngaros).

Lo que sí voy a deciros es que son las cinco menos diez de la tarde y llevo cerca de una hora transcribiendo la conferencia más aburrida del mundo. Se me están desgastando las huellas dactilares y odio a la Generación del 98, lo cual no deja de ser una putada, ya que vamos a pasar mucho tiempo juntos este semestre. Ay, Unamuno, no te moriste lo bastante pronto... (qué maldad me sale cuando estoy hasta los ovarios).
Mi otra desgracia del día es que he descubierto un Coffee Company al ladito de casa. ¿Desgracia? diréis. Desgracia, responderé, porque están llenos de cappucinos y muffins y tartas, y yo carezco de fuerza de voluntad para negarme los placeres o ir al gimnasio. Va a tener razón Jara y tendré que buscarme... erm... deportes alternativos. Para quitarme la mala leche del 98 y quemar los muffins, digo.
Bah, qué demonios, Dios sabe que soy demasiado vaga hasta para eso. No, comeré y leeré en la biblioteca y cuando me parezca a Jaba el Hutt, entonces llamaréis a la grúa para que venga a buscarme. O también puedo prohibirme a mí misma salir de casa en los próximos 9 meses, así tendré que sobrevivir con una lechuga, 4 tomates, 3 cebollas, jamón york y algo de queso. Ah, y un yogur de fresa, que casi se me olvida (tranquilos, es desnatado). Lo veo venir.

Me vuelvo a mi Generación del 98. Qué bodrio, colega.
Besos para todos menos para los que estáis de resaca; que yo ya he empezado las clases y soy muy envidiosa. Cabrones.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Nido y patatas

No hay hogar hasta que no haces tu primera tortilla de patata. Es tan sencillo como eso, de verdad. No hay hogar, no hay... no sé qué que qué sé yo, ya sabéis. Hay que coger la sartén y los huevos y ponerse manos a la obra (estáis pensando cosas malas; os vigilo, pervertidos). Ya sabes que no va a salir bien: demasiada patata, olvidaste la cebolla o se te pegó todo al cazo y la cagaste, amigo, porque ya no será tortilla, sino "deconstrucción de tortilla" (una de esas cosas que hacen ahora los modernos, porque una tortilla normal es tan... vintage). Pero saldrás adelante y te la comerás, por orgullo más que por otra cosa, porque es tu tortilla de patata y te lleva a casa bocado a bocado y, además... qué coño, porque si tú no te atreves a comértela, menos va a atreverse otra persona (seguro que la presentación es una mierda, claro, pero el sabor rico rico está ahí de todas formas).
Pues es lo que os digo, que acabo de hacer mi primera tortilla, así que de alguna manera retorcida he hecho de este piso de techos para gigantes mi casa un poco más. Gracias a Dios y para ahorrarme la humillación, por lo menos no ha habido testigos; no sé por qué demonios la gente piensa que por ser española una debe de llevar la tortilla, la paella y el flamenco en las venas. ¿Qué es, que si eres alemán lloras cerveza o algo? Clichés...
En fin, que me ha faltado huevo y se me ha pegado al fondo del cazo, así que ninguna maravilla, pero está buena aunque se caiga a trozos, y voy a guardar lo que me ha sobrado en un tupper para comer otro poco mañana y así hasta que la acabe. Y con orgullo, que para algo es made in española por el mundo, ¿no?

lunes, 3 de septiembre de 2012

Bárbaros, cerveza e indecisión

Las cosas mejoran, claro (si hubiesen ido a peor, sería porque me habrían llevado a comisaría o algo así). Ya tengo compañeros de piso :)
Después de que el italiano de la NBA desertase (era muuuuuuy alto, de los que cogen las manzanas sin escaleras en el pueblo, vamos) y se marchase con mejor fortuna a una cocina más amplia y, bueno, habitable, temía haberme quedado sola para siempre. Eso habría sido una lata, porque aquí para tener gato hay que tener una licencia y eso lo dificulta todo, y yo habría tenido que hacerme por lo menos con 10 o 12 gatos para poder ser una soltera solitaria auténtica, así que imaginad el papeleo...
¡Pero no! Hay dos jóvenes y tiernas criaturas bajo mi techo ya: chicas, alemanas, rubias y Lenas. No, nada de chistes, las DOS se llaman LENA. Voy a tener que ponerles números o asociarles los nombres de las frutas que dan nombre a sus cuartos (una duerme en la Papaya Room y otra en la Mango Room; yo soy la Mandarina ;) o rebautizarlas como Sigfrida y Gildegaard para no liarme, porque con lo negada que soy yo para estas cosas, la confusión acabará matándome.
Y son las dos monísimas, ya os digo, rubias y con carita de buenas. Y luego estoy yo, morena y rellenita. ¿No podían tener algo malo? No sé, ser chepudas o casi calvas o que les faltasen algunos dientes o... No, me he ido a vivir con la raza aria, amigos, y eso está minando mi autoconfianza. Aunque me tranquilizo pensando que tengo más tetas que ellas dos juntas (el que no se consuela es porque no quiere).
Dejando las invasiones bárbaras a un lado (y lo digo con todo el rigor histórico sobre la palabra "bárbara", que conste), puedo enorgullecerme de haberme integrado un poco más en la vida húngara joven: hoy he comido kebap (gyros para los amigos de por aquí) en la cafetería de la facultad con dos amigas húngaras cuyos nombres no daré para proteger a los inocentes (o sea, a MÍ) y luego he comido lo que sería el Huesitos de aquí: una barrita de chocolate negro relleno de "cottage cheese" (término que aún no me he molestado en buscar y/o traducir). Delicatessen basura, de las que van directas a las cartucheras convirtiéndote en una Kardashian cualquiera. Además hemos bebido cerveza en Deàk Ferenc Tér, saltándonos a la torera, por supuesto, la ley recientemente estrenada en el país de que está prohibido beber alcohol por la calle. ¡Mi primer delito húngaro! Estoy orgullosa, en serio.
Y terminamos la jornada con el entrañable momento en que decides comprobar la lista de asignaturas disponibles, porque el miércoles tengo que ir a hablar con la coordinadora de Español. Puedo coger lo que quiera siempre que me cuadre el horario, aunque eso no es problema porque aún no hay horarios (¿quién dijo que echaría de menos la Universidad de Oviedo? ¡Todas son iguales!). Puedo estudiar "Literatura y cine" o "La nueva narrativa hispanoamericana" o hacer "Prácticas de enseñanza". Ya sé que no suena maravilloso para nadie que no sea una extraña criatura de biblioteca como Hermione Granger o yo, pero lo es. En serio. Menos recochineo, mostrencos.
Y así andamos. Por cierto, he hecho un gran avance por otro lado: he conseguido que la nevera deje de congelarme las lechugas (literalmente, no es ningún eufemismo pervertido, lo juro).
Me alegra comprobar que las cosas progresan. Si no, ya estaría buscando vuelos para irme de vuelta a España el primer puente que pillase. Tranquilos, que no. Estoy buscando vuelos para irme a ver a Agapita a Londres por Halloween. Ella no lo sabe todavía ;)
Besos para todos menos para los que os dejáis la musiquilla de Nokia como tono de llamada; nos leemos ;)